Perfil Terranova. Irene Benavente.
Perfil Terranova
Irene Benavente
Hay personas que no solo forman parte de un lugar, sino que terminan definiéndolo. En el horizonte del Colegio Internacional Terranova, Irene Benavente ha sido una presencia constante, intensa, inolvidable. Hoy le decimos adiós, aunque en realidad, sabemos que nunca se irá del todo.
Irene llegó al colegio hace once años, en sus propias palabras, “desesperada por trabajar”. Pero lo que comenzó como una búsqueda urgente se convirtió en una historia profunda de entrega, carácter y comunidad. Gracias a la confianza de Enrique Freeman, Susana Martínez y Margret Oettler, Irene entró al colegio para impartir clases de lengua y literatura en secundaria, y desde entonces, su voz —con ese clásico “buenos días, jóvenes”— se volvió parte del día a día.
Conocida por su humor negro, su honestidad sin filtro y un desparpajo entrañable, Irene dejó huella no solo en sus estudiantes, sino también en sus colegas. Una anécdota que se ha convertido en leyenda del colegio la define por completo: en su clase muestra, la entonces aspirante a maestra no dudó en poner a trabajar a quien entraba, sin saber que era Margret Oettler, la directora general. Así era Irene desde el día uno: directa, genuina y sin miedo a ser ella misma.
Este jueves le rendimos homenaje como se merece: con mariachi, con historias, con lágrimas y muchas risas. En una ceremonia que reunió a maestros, directivos, alumnos y exalumnos, todos coincidieron en lo mismo: Irene no fue solo una maestra, fue una presencia, una energía, una referencia. Y como tal, deja una marca imborrable en todos nosotros.
Hoy celebramos su camino, su legado y su nueva etapa. Porque aunque se despida del colegio, Irene Benavente seguirá presente en cada generación que la recuerda.
¡Feliz camino, Irene! Extrañaremos tu voz áspera y tu risa desparpajada. Gracias por tanto.