Despedidas
Despedidas
Los ciclos son inevitables, pero, si sabemos afinar la mirada, también son hermosos. En el Colegio Internacional Terranova lo sabemos bien.
Cada fin de año marca un cierre, un punto final que da paso a un nuevo comienzo. Es un ritmo al que estamos acostumbrados: despedimos a maestros que emprenden nuevos rumbos, a familias que regresan a sus países, a estudiantes que siguen creciendo más allá de nuestros salones de clases. Pero hay una despedida que siempre se siente más definitiva: la de la generación que concluye su último año de preparatoria.
Este 2025, nos toca decir adiós a una clase especialmente entrañable. El jueves pasado celebramos su ceremonia de despedida. Los nombres resuenan: Regina, Amir, Charan, Rubén, Jennifer, Renata, Elena, Iván, Camila, Jennifer, Vanya, Santiago. Quizás para quienes no los conocen, estos nombres no digan mucho, pero para nosotros cada uno encierra un mundo. Detrás de cada rostro hay una historia, un camino recorrido, una suma de momentos compartidos que nos han marcado para siempre.
Puede que afuera no sepan de la perseverancia silenciosa de Charan, del carisma contagioso de Rubén, de la dulzura auténtica de Elena o de la mirada crítica e inteligente de Renata. Tal vez ignoren la sensibilidad de Iván, la autenticidad inconfundible de Regina del Valle, la energía alegre de Regina Flores, o el humor siempre oportuno de Jennifer. Es posible que no conozcan el mundo interior de Camila, la lucidez brillante de Amir o la belleza —por dentro y por fuera— de Vanya. Tampoco sabrán lo mucho que Santiago hizo pensar y reír a sus compañeros. Pero en Terranova sí lo sabemos.
Los vimos crecer. Fuimos testigos de sus aciertos y tropiezos, de sus días buenos y no tan buenos. Los vimos luchar contra el cansancio, enfrentarse a los retos del exigente Programa Diploma, sortear dudas, convivencias y decisiones. Pero también los vimos apoyarse, reír, proponer, imaginar. Nos regalaron su autenticidad, su energía, su forma particular de ver el mundo. Y eso, sin duda, nos transformó.
Nos toca agradecer. Agradecer por su paso por nuestras aulas, por cada conversación, por cada proyecto, por cada aprendizaje mutuo. Porque aunque hoy ellos se despiden de un lugar que los vio crecer, también es este lugar el que les dice adiós, con las puertas siempre abiertas. A ustedes, generación 2025, les deseamos un camino lleno de desafíos y que, siempre, vuelvan aquí.
¡Buena suerte!