Deporte y salud mental
Deporte y salud mental
A medida que se acercan los Juegos Olímpicos de París, es inevitable recordar uno de los momentos más icónicos de los Juegos de Tokio 2021: Simone Biles, la destacada gimnasta del equipo olímpico de Estados Unidos, decidió retirarse de la competencia individual tras una actuación que no estuvo a la altura en el potro. En un comunicado posterior, Biles expresó: “Tengo que priorizar mi salud mental, que es crucial en el deporte en este momento”.
Este acto sin precedentes de Biles marcó un cambio paradigmático significativo en varios aspectos. Primero, significó un reconocimiento importante de los trastornos mentales como problemas médicos válidos. Aunque otros atletas se habían retirado previamente de competencias debido a problemas médicos, esta fue la primera vez que se reconoció públicamente que los problemas mentales también pueden afectar de manera seria el rendimiento deportivo. Además, el incidente volvió a poner de relieve el escándalo de los abusos sexuales del doctor Larry Nassar, esta vez frente a la atención global, subrayando que tales abusos no son asuntos privados sino públicos.
El gesto valiente de Simone Biles fue una llamada de atención directa a la Federación Estadounidense de Gimnasia, que durante años encubrió a Larry Nassar y a todos los involucrados en estos abusos. Recomiendo ver el documental “Athlete A” en Netflix para entender mejor este contexto.
A menudo se tiende a pensar que el deporte, por su naturaleza física y competitiva, es un ámbito libre de problemas mentales. Sin embargo, testimonios recientes de grandes deportistas han revelado sus propias batallas con este tema. Michael Phelps, el legendario nadador, admitió que a lo largo de su carrera, mientras se cuidaba meticulosamente su salud física, su salud mental fue descuidada. Después de los Juegos Olímpicos de 2004, Phelps experimentó lo que él llamó “depresión postolímpica”, enfrentándose por primera vez a la depresión y la ansiedad, llegando incluso a considerar el suicidio. Fue entonces cuando buscó ayuda profesional, lo cual considera que le salvó la vida. Phelps ha sido un defensor activo de la terapia, reconociendo que la depresión y la ansiedad son condiciones crónicas que requieren atención continua.
Los casos de Biles y Phelps, dos de los atletas más destacados de todos los tiempos, son especialmente relevantes ahora que se avecinan los Juegos Olímpicos. Nos recuerdan que incluso estos “semidioses deportivos” han enfrentado desafíos significativos en su camino hacia la cima. Además, invitan a una reflexión personal y colectiva sobre el deporte como una herramienta poderosa para la salud mental, pero también como un terreno donde pueden surgir dinámicas tóxicas y presiones excesivas, afectando a todos los involucrados.
¡Nos leemos la próxima semana!