¿Se terminó la cuarentena?… ¿el virus ya se fue?
El ser humano es un ser social por naturaleza, desde el momento de nuestra concepción, necesitamos de otros para sobrevivir, ya que sin las atenciones de nuestros cuidadores primarios no lo lograríamos, incluso Lacan llamaba a los bebés “cachorros humanos”, ya que al inicio somos pulsiones e instintos en completa desorganización, por lo que es un hecho que, tanto física como psicológicamente, necesitamos del otro, ya que sin su mirada nunca podríamos entrar en sociedad y constituirnos como sujetos. Esto continúa de alguna u otra manera a lo largo de nuestras vidas, por lo que no debería sorprendernos por qué ha sido tan difícil para algunos cumplir con las “medidas de sana distancia al pie de la letra”
¿Qué sucede durante el aislamiento?
La personalidad que hemos construido con la ayuda de la mirada de los otros puede tambalearse cuando nos enfrentamos a situaciones adversas, en este caso el aislamiento social, que nos enfrenta a un vacío. Estamos acostumbrados a recibir la mirada de otros, su aprobación, apoyo, etc.
Repentinamente nuestra vida cambió; con algo que en diciembre parecía muy lejano para nuestro país y cuando menos lo esperábamos ya estaba aquí. De un día a otro, pasamos de una vida social, en la que no debíamos desconfiar del estado de salud de nuestros amigos o compañeros de trabajo, a tener que cuidarnos de todos, para así también proteger a la gente que amas.
Cuando lo nocivo se transforma en la cura
Fue así como algo como el aislamiento; que normalmente es nocivo para nuestra salud mental, se convirtió en la cura, llevándonos a tener que pagar un precio por nuestra salud física.
El precio que hemos tenido que pagar, para algunos ha sido más alto que para otros, algunos han perdido su empleo, o su negocio dejó de ser tan fructífero como solía serlo.
Otros han tenido que aislarse completamente de la gente que aman y han pasado más de tres meses confinados en sus casas, sin tener contacto con absolutamente nadie… Hay gente que, desde antes del confinamiento, luchaba arduas batallas contra la ansiedad y la depresión y hoy esa batalla es aun más dura.
La ambigüedad de la situación no es fácil de digerir, por lo que en muchos de nosotros genera sentimientos de ansiedad, miedo, tristeza, desesperación, etc… La lista podría ser interminable.
Con el anuncio del inicio de la “Nueva Normalidad”, todas estas sensaciones parecen encontrar una salida, y esto hace que brille alguna esperanza en nosotros, de volver a estar con la gente que amamos, así como de no tener que enfrentarnos con nuestros propios fantasmas día a día… pero volvemos al mismo círculo, ¿será que en verdad ya es seguro salir? O una vez más, ¿Lo nocivo será la cura?.
¿Qué pasó con el virus?
Con base el los datos obtenido de fuentes oficiales de información, existe una discrepancia en los reportes diarios de datos referentes a COVID-l9. No solo por el desfase de registro a nivel nacional y a niveles estatales, sino porque los diferentes centros de investigación utilizan modelos matemáticos diferentes.
Desde el 1 de Junio, para muchos ha comenzado ya la llamada nueva normalidad, y es una realidad a la que todos deberemos llegar pero, ¿será que es el momento adecuado de asumir el riesgo?. Observemos las siguientes dos gráficas. Ambas realizadas con los datos de casos confirmados en San Luis Potosí, la primera es presentada por el gobierno federal, la segunda realizada por la UASLP.
¿Pueden observar las diferencias?. Si tan solo ven ambas líneas son evidentemente distintas. ¿Entonces, qué hacer?
Habría que analizar de manera muy personal el “riesgo-beneficio”. Es decir, ¿qué tan importante es esa reunión, esa salida?, ¿cumple con algún fin esencial para mi o para mi familia?
Actualmente, existen muchos recursos para adquirir víveres a domicilio, los establecimientos a lo largo y ancho de la ciudad han ofertado sus servicios, incluso sin costos de envío. También es cierto que la mayoría vivimos con algún miembro de nuestras familias que tienen que salir a la oficina o a su sitio de trabajo día a día. Todos estos factores nos llevan a intentar reducir los riesgos a lo mínimo indispensable. Porque si tenemos en casa a un solo miembro que tenga contacto con más personas que nuestro núcleo (esposo, esposa… ambos, personas de servicio doméstico, etc) habría que valorar nuestro riesgo de contacto. No olvidemos que COVID-19 vive en superficies indistintas y por largo tiempo.
No hay motivos para vivir en pánico. COVID llegó para quedarse y hay que aprender a vivir normalmente con los virus emergentes.
Nosotros quisiéramos que cada uno de los miembros de nuestra comunidad vivieran su momento de manera plena y consciente. En este momento aún existen muchos riesgos, les pedimos que sigan cuidándose… por ahora, durante Junio. Ya llegará el momento, esperemos que sea pronto, de poder comenzar poco a poco a vivir la llamada nueva normalidad.
Les compartimos la siguiente imagen de The Lancet:
BIBLIOGRAGFIA
- Dolto, Françoise . (1986). La Imagen Inconsciente del Cuerpo. Madrid: Paidós.
- Lacan, Jaques. (1981). Las Formaciones del Inconsciente. Madrid: Paidós.
- Ons, Silvia. (2012). Comunismo Sexual. Buenos Aires. Paidós.
- Sitio web: Gobierno del Estado de San Luís Potosí, SLP. Disponible en: https://slpcoronavirus.mx/, recuperado el: 04 de Junio de 2020
- Sitio web: Gobierno Federal México. Disponible en: https://coronavirus.gob.mx/datos/, recuperado el: 04 de Junio de 2020
- Organización Mundial de la Salud. Disponible en: https://ais.paho.org/phip/viz/COVID19Table.asp, recuperado en: 04 de Junio de 2020
- Programa Virus UASLP.
Colaboración de Lucia Narvaez y Daniela Solares